At. Madrid 2-1 U.E. Sant Andreu (1/16 Copa Del Rey 2014)
Nuevamente vuelvo a colaborar en este blog tan válido de mi
buen amigo Jairo. Aunque en esta ocasión, mi afición rojiblanca no se verá tan
clara o más bien se verá matizada por mi corazoncito rojigualdo de la
U.E. Sant Andreu; ¿el motivo? Pues
simplemente que mi padre jugó en la década de los años 50 en dicho club
barcelonés, en una de sus eras doradas, cuando militó en la 2ª división del
fútbol español.
A lo largo de mi vida he sufrido (al igual que con el
Atleti) varios sinsabores con el conjunto cuatribarrado, la mayoría asociados a
fases de ascenso a 2ªA. Recuerdo amargamente el robo de un hijo de puta en
forma de pseudo-árbitro llamado Japón Sevilla que nos tangó en Lugo en el año
1991, expulsando al mítico Calderé y haciendo mil barrabasadas más para
terminar perdiendo en el Ángel Carro por 2-1. Tampoco olvidaré la paliza que
viví insitu en el Salto Del Caballo de Toledo al año siguiente, donde los
toledanos nos inflingieron un doloroso 4-1 (un equipo aquel C.D. Toledo en el
que militaba un Marina en sus últimos días de futbolista en activo).
También le he visto padecer descensos a 3ª división, e
incluso a la regional catalana a finales de los 90 o comienzos de los dosmiles
(fechas de las que, como Miguel De Cervantes, no quiero acordarme). Y más
recientemente le vi hincar la rodilla en otros intentos fallidos de ascenso a
la división de plata ante el F.C. Barcelona “B” dirigido por Luis Enrique o contra
la Ponferradina
de mi buen amigo Jairo (al menos ahí me alegré mucho por el titular de este
blog).
Esta ocasión era distinta y era motivo simplemente para
disfrutar. De hecho, fue Jairo quien me envió un sms al móvil el mismo viernes
tras conocerse el sorteo y el emparejamiento entre mis 2 equipos. En ese mismo
instante ya me marqué como plan ir sí o sí a la vuelta en el Vicente Calderón.
Era cuestión de disfrutar, repito, sobre todo porque en la ida el sr. Arda
Turán (el cual dudo si también es cantante del grupo Capital Cities, tan de
moda últimamente por su tema “Safe and sound”) hizo de las suyas en el Narcís
Sala y el Atleti se trajo un 0-4 que sentenciaba la eliminatoria.
Quise matar 2 pájaros de un tiro, y aprovechando que este
partido de vuelta era entre semana, a una hora razonable de comienzo (las
19.30h) y con una previsible grada no tan saturada, llevé a mi sobrino de 7
añitos al estadio para que conociera el Vicente Calderón, en una edad en la que
aún se debate entre hacerse del Atlético de Madrid o de nuestros enemigos
acérrimos (en su familia hay aficionados de ambos equipos; de ahí sus dudas).
Llegamos con la hora pegada, debido al metro y cierto retraso por parte de mi
cuñado al salir mi sobrino del colegio y eso me impidió poder comprarme la
bufanda personalizada del partido que se vendían en los puestos de los
alrededores del estadio (pensé que a la salida aún estarían los puestos, pero
me equivoqué). Se sumó al plan mi amigo Chemi, pero un taquillero medio bobo,
con las entradas de mi sobrino y mía en mano, le mandó a otra zona que estaba
incomunicada con la nuestra.
Entramos con el partido comenzado. El videomarcador, al
menos, tan solo señalaba el minuto 1 de encuentro, pero me dio pena que mi
sobrino no pudiera ver a los equipos calentando, escuchar en megafonía las
alineaciones y la salida definitiva al campo de los equipos; esos protocolos
siempre son bonitos (habrá que llevarle otro día con más calma al estadio para
que viva todo eso). Medité irme a la zona donde estaba situada la gente del
Sant Andreu, ya que nos sacamos la entrada en el fondo norte, pero la 1ª mitad
nos sentamos en la parte superior del 2º anfiteatro, bajo los palcos privados,
para evitar la cierta lluvia que caía. De Barcelona vinieron al menos unos 100
seguidores, que estuvieron animando a la escuadra cuatribarrada durante todo el
partido. Tengo que apuntar, que debajo de mi abrigo y sudadera del Atlético de
Madrid, llevaba las 2 camisetas de ambos equipos, las cuales no pude lucir por
el frío que en estas fechas hace.
Comenzaba bien el partido para la
U.E. Sant Andreu, ya que a los 15 minutos
más o menos, una falta cerca de la frontal del área, supuso el 0-1. El tiro fue
repelido entre Aranzubía, que defendía la puerta colchonera en esta ocasión, y
el poste y el rechace fue rematado a placer por un delantero del Sant Andreu a
puerta vacía. A Patxi Salinas, técnico del conjunto barcelonés, al cual se le
veía un hombre fornidito desde nuestra posición, se le veía contento y a Cholo
Simeone algo contrariado (en la 2ª parte cabe destacar lo muy en serio que el argentino
se tomó el partido, con mucha entrega en las instrucciones desde la banda, al
ver que su equipo estaba palmando ante un 2ªB).
De ahí en adelante, fue el Atlético de Madrid el dueño del
partido, pero a unas revoluciones muy bajas, las cuales aumentaron sobre todo a
partir de la mitad de la 2ª parte. Con todo, Adrián y Baptistao tuvieron varias
ocasiones claras, sobre todo el asturiano, que falló un penalti y todo. Se
llegó 0-1 al descanso, e incluso al minuto 75 de partido. Ahí, un chaval
llamado Héctor, consiguió el empate casi nada más ingresar en el terreno de
juego. El sueño del Sant Andreu de ganar, a pesar de no pasar de ronda por el
0-4 de la ida, se iba esfumando, cosa que sucedió totalmente en el descuento
cuando Anderweilder hizo el 2-1 al peinar una falta a gol; un aficionado del
Atleti empezó a mofarse a gritos del pobre portero cuatribarrado, que quizás en
este gol no estuvo del todo acertado, pero que por el contrario había hecho un
tremendo partido, salvando varios goles del Atleti, sobre todo en el tramo
final (paradas de gran mérito y reflejos).
Finalizaba el partido y el bonito sueño del Sant Andreu de
jugar por 1ª vez en su historia en el Vicente Calderón, saliendo con la cabeza
bien alta. Yo, con sensaciones muy extrañas (con el corazón dividido entre uno
y otro equipo), sí que me dio mucha pena que el débil perdiera en el último
minuto (me pareció muy cruel), si bien es cierto que el Atlético de Madrid hizo
mucho más; no obstante, el trabajo y entrega del Sant Andreu, muy ordenado y
serio, quizás hubiera merecido un mayor premio que perder por la mínima.
Nos reunimos mi sobrino y yo con el apartado Chemi al
terminar el partido fuera del estadio y fuimos en pro de los puestos de
bufandas situados en la glorieta de Pirámides, pero ahí no quedaba ya nadie.
Retornamos a casa contentos de haber pasado esta tarde fútbol tan especial para
mí. Agradezco a Jairo que me haya dado la oportunidad de contárselo, aunque
todo esto quizás sea demasiado personal y no interese a nadie (quizás a algún
aficionado del Sant Andreu que por casualidad dé con “Los Mundos De Jairo).
Termino simplemente diciendo: ¡¡Aúpa Atleti y visca Sant Andreu!!
Justicia por mi parte es citar al portero de mi U.E. Sant Andreu por su nombre, Morales, que estuvo muy bien (como he dicho en la crónica) y al goleador, Carroza.
ResponderEliminarMe di cuenta a posteriori y es una afrenta que no consten sus nombres en el texto. Al menos, solvento en parte el borrón con este comentario reivindicador.
Ha sido un placer Jairo. Un fuerte abrazo amigo!